En el año 1988 se lanzaría este thriller de terror, que relata la historia de un grupo de jóvenes lujuriosos que deciden pasar la noche de halloween en una antigua mansión abandonada conocida como Hull, Angela Franklin, una de las organizadoras de la velada planea una noche de diversión con todos sus amigos, al principio todo transcurre con normalidad y tranquilidad, pero luego se descubre que la mansión Hull también era una funeraria donde habían ocurrido una serie de asesinatos y suicidios , Angela conociendo esto quería darle un toque extra de terror a la fiesta sin saber que esta mansión se encontraba poseída por una fuerza demoniaca que casualmente despertaba la noche de halloween, con el tiempo las mentes más débiles y propensas a la posesión irán cayendo, cediendo su humanidad y convirtiéndose en engendros sedientos de sangre, aquellos que no, deberán sobrevivir a una terrible noche asediada por aquellos que alguna vez fueron sus amigos, ya que no parece haber escapatoria.
Esta película hace parte de ese boom que tuvieron los demonios a mediados de los 80, con algunas escenas gore y otras de chicas cachondas, forman una de esas historias ideales para ver una noche de sábado con las luces apagadas, con la participación de Amelia Kinkade que hace una buena interpretación a la hora de mostrar sus dotes seductores al igual que Linnea Quingley, de igual forma la ambientación en que se desarrolla da un toque esencial a la historia, debido a que la hace mas atrapante. Respeto al vestuario utilizado aquí debo decir que es muy bueno, ya que logra inspirar ese terror degenerativo que deja al publico sugestionado, y como se había dicho al principio sobre el boom de los demonios en los 80 hay que admitir que estos de verdad si dan miedo porque muestran su aspecto y se manifiestan de forma física y no como en otras películas que solo buscan aburrir al espectador con objetos que levitan y sonidos venidos de quien sabe que carajos, porque si algo le sobra a este film es acción en todo momento gracias a instinto de supervivencia combinado con el terror visceral característico de la época.
Pasaron unos cuantos años y la secuela no se haría esperar como es costumbre en algunas películas, Melissa una joven internada en un colegio católico empieza a tener horribles pesadillas donde encuentra a Angela, quien ha regresado nuevamente para aterrorizar en la noche de halloween y ha encontrado la forma de salir de la mansión Hull, con el tiempo Angela se irá posesionando de algunas personas para llegar a Melissa quien resulta ser su hermana y los lazos de sangre deben fortalecerse, por su lado Melissa deberá hallar la manera de evitar que su demoniaca hermana se apodere de su vida y tendrá que enfrentarla con la ayuda de otros en una pelea queparece recrear los atroces actos ocurridos años atrás en la mansión Hull.
La película tiene un buen inicio, con escenas escalofriantes y aterradoras. Aunque llegados los 90 el género empezaba a sufrir los desagradecidos estragos del tiempo, a medida que avanza la historia algunas secuencias son ridículas, en un intento por mezclar comedia con el horror, algo que no resulta muy bien, sin aquí Amelia Kinkade aparece más madura y sensual que nunca, nuevamente sacando a relucir sus cualidades, algunos efectos especiales pueden parecer ridículos hasta el punto de aburrir, y eso es porque la historia pierde fuerza con unos elementos que no encajan del todo en el film, no obstante sigue siendo recomendable para pasar un buen rato frente a la pantalla, porque no se puede culpar del todo la realización, hay que recordar que los demonios tuvieron una fuerte acogida en los 80 y bueno, en mi caso creo que la época más indiferente fue los 90, que marca una etapa de transición.
De Nuevo pasaron 4 años y otra secuela no se haría esperar, night of the demons 3 o demon house como la llamaron en Inglaterra, nos ubica de nuevo en la noche de halloween donde un grupo de adolescentes ha cometido un crimen y deciden esconderse en un sitio alejado de la ciudad que casualmente resulta ser la mansión Hull, donde por supuesto Angela Franklin ha vuelto a la vida en busca de victimas frescas, al principio Angela se presenta como la propietaria de la casa y decide colaborar con los malhechores ya que la han tomado como “rehén”, esto por supuesto solo es parte de una red de mentiras cuyo objetivo es teñir con sangre la mansión Hull una vez más.
Llegado el final de los 90 se lanzaría esta tercera entrega con un titulo alternativo para el reino unido, aquí la cosa cambia drásticamente, se nota que no había mucho presupuesto y que algunas cosas simplemente no encajan con sus antecesoras, por ejemplo, la mansión Hull cambia de extremo a extremo, es como una especie de casa campestre mucho más grande que aquellos laberintos tenebrosos que se ilustraron en las anteriores, la cual por cierto no es muy llamativa, los efectos y vestuarios aquí… ¿Cómo decirlo sin herir?, son completamente pobres, la trama es un poco cliché y se desenvuelve lentamente, aparte de que esta película la vi doblada al castellano lo cual tampoco ayuda mucho, sin ánimo de ofender, ya que prefiero las películas en idioma original, literalmente me causó sueño, pero quiero resaltar que es una opinión personal y no quiere decir que haya una ley escrita en piedra que te impida ver la película bajo tu propio riesgo. Sellando así una trilogía que como muchas otras fue decayendo debido a querer improvisar ideas que simplemente rompían con el sentido de las anteriores, sin embargo si hay un dato de esta película que los puede enganchar, y es una escena donde Angela Franklin le practica una felación al cañón de una pistola, lo cual resulta ser entretenido.
Nuevamente nos encontramos con una película que cayó en las garras de los remakes que abundan en la actualidad, la historia nuevamente se centra en los típicos adolescentes, tenemos al atleta, las zorras populares, la chica depresiva, el drogadicto y muchos otros, en esta ocasión la nueva Angela ha organizado una gran fiesta en la mansión Hull para celebrar el halloween, al principio uno creería que todo aquí tiene valor agregado ya que cuenta con mayor número de personas aglomeradas en un solo lugar, sin embargo a medida que avanza la película te das cuenta de que solo era un montón de extras y se reduce a un numero particular de personas que rápidamente descubren que la casa había sido el sitio donde ocurrieron una serie de asesinatos, después de indagar un poco encuentran una bóveda secreta donde yacen los cuerpos de algo que hasta donde se sabe son humanos, pero en vistazo más cercano se detalla la verdad, los espíritus de estos cuerpos al notar la presencia de seres humanos aprovecha la noche de halloween para tratar de cumplir una extraña profecía que involucra el fin del mundo, pues al poseer otros cuerpos estos se convierten en portales que los llevarán al mundo exterior para así desencadenar un infierno en la tierra, con algunas escenas fuera de lugar y algunos personajes que con una aparición que prácticamente no influiría en la historia se llenan algunos espacios para tratar de darle a la película una duración razonable, si algo se puede rescatar de este remake es un pequeño cameo que realiza Linnea Quingley, que por cierto si ustedes prestaron atención desde el inicio recrea una escena memorable de la película original de 1988.
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